¿QUÉ ES EL ÁCIDO HIALURÓNICO?

El ácido hialurónico es un polisacárido presente en la matriz extracelular. Tiene un alto poder de retención de moléculas de agua e interviene en la proliferación celular. Se encuentra principalmente en piel, tejido conectivo y cartílagos. Su estructura química es la misma en todos los tejidos y en todas las especies.

Esta biocompatibilidad permite utilizarla en Medicina Estética con diferentes aplicaciones:

  • Rejuvenecimiento facial
  • Hidratación de la piel en profundidad
  • Revitalización cutánea
  • Recuperar volúmenes perdidos
  • Corregir surcos o arrugas estáticas (no musculares)
  • Aumento de labios

El ácido hialurónico cumple con distintas funciones fisiológicas:

  • Crea volumen, gracias a su capacidad para retener moléculas de agua
  • Permite el desplazamiento y división de las células
  • Aporta elasticidad e hidratación a la piel
  • Favorece la regeneración cutánea
  • Estimula los fibroblastos, células que generan colágeno

En Medicina Estética Facial, el ácido hialurónico se infiltra para revitalizar e hidratar la piel, para rellenar surcos o arrugas estáticas, para corregir defectos en la nariz y para crear volúmenes. Debido a que el ácido hialurónico se degrada muy rápidamente en el organismo, se realiza una modificación en su molécula con el fin de aumentar su durabilidad. El proceso por el que se modifica la molécula del ácido hialurónico se denomina estabilización , que consiste en enlazar sus moléculas para mantener la forma tridimensional del ácido hialurónico natural con el mínimo número de enlaces.

En Medicina Estética Facial , el ácido hialurónico se infiltra para revitalizar e hidratar la piel, para rellenar surcos o arrugas estáticas, para corregir defectos en la nariz y para crear volúmenes. Debido a que el ácido hialurónico se degrada muy rápidamente en el organismo, se realiza una modificación en su molécula con el fin de aumentar su durabilidad. El proceso por el que se modifica la molécula del ácido hialurónico se denomina estabilización, que consiste en enlazar sus moléculas para mantener la forma tridimensional del ácido hialurónico natural con el mínimo número de enlaces.

Según su densidad, existen dos tipos de ácido hialurónico:

1. Reticulado
2. No reticulado

Es el ácido hialurónico cuyas moléculas se unen entre sí en forma de malla tridimensional , lo cual es interesante para rellenar surcos o depresiones y para reponer volúmenes perdidos. El ácido hialurónico reticulado se infiltra a mayor profundidad que el no reticulado.

Es el ácido hialurónico cuyas moléculas no forman una retícula o malla, sino que están separadas unas de otras. La densidad del ácido hialurónico no reticulado es menor y se infiltra en planos menos profundos que el reticulado. Está indicado para la hidratación y revitalización de la piel y puede infiltrarse junto con antioxidantes, vitaminas y aminoácidos. El ácido hialurónico no reticulado hidrata y revitaliza la piel; el reticulado aporta volumen y corrige surcos.

El protocolo de infiltración de ácido hialurónico es confortable y rápido para el paciente. El médico, tras realizar una historia clínica completa y examinar el rostro del paciente y sus particularidades , desinfecta la piel. Si el paciente muestra poca tolerancia a la infiltración, se puede aplicar anestesia local o frío local para reducir la molestia.

  • Es totalmente biocompatible, por lo que no existe riesgo de rechazo
  • Permanece en el lugar de inyección sin degradarse varios meses
  • Posee capacidad de elevación de tejidos
  • Produce una perturbación mínima en los tejidos
  • Es totalmente reabsorbible
  • Estimula los fibroblastos para generar colágeno nuevo
  • El ácido hialurónico voluminiza y corrige arrugas profundas con resultados naturales

Al igual que con todos los implantes inyectables, pueden aparecer además y enrojecimiento durante uno o dos días.

  • Reacciones alérgicas
  • Migraciones
  • Fibrosis
  • Infección
  • Intolerancia al ácido hialurónico
  • Alteraciones de la coagulación sanguínea
  • Enfermedades inmunitarias o infecciosas severas
  • Herpes recidivante: profilaxis