La toxina botulínica tipo A es un compuesto farmacológico basado en la acción de la neurotoxina derivada de la bacteria Clostridium Botulinum o toxina botulínica tipo A purificada.

Esta molécula actúa bloqueando el neurotransmisor que lleva el impulso nervioso hasta el músculo, inhibiendo la contracción excesiva de los músculos faciales, responsables de las arrugas secundarias de la mímica facial, sin producir cambios radicales ni lesiones en las estructuras nerviosas.

La aplicación de la toxina botulínica es un arte en las manos del médico experto.

La aplicación de la toxina botulínica es todo un arte en las manos del médico experto. Para obtener resultados naturales con la toxina botulínica y evitar rostros inexpresivos es imprescindible que el médico tenga un conocimiento profundo de la musculatura facial , así como prestar atención a las variaciones anatómicas que puede presentar cada paciente.
Antes de infiltrar la toxina botulínica, nuestros médicos realizan una exploración completa de la musculatura facial del paciente, además de preguntarle cuáles son las zonas que menos le agradan de su tercio superior facial. La respuesta a esta pregunta suele ser:

  • Arrugas en la frente
  • Arrugas en el entrecejo
  • Patas de gallo
  • Cola de la ceja caída
  • Elevación de la punta nasal
  • Aplicación en hiperhidrosis axilar

El procedimiento es muy sencillo, ya que consiste en infiltraciones con una aguja muy fina en unos puntos predeterminados de la región facial. Al paralizarse suavemente los músculos, se produce un borrado de las arrugas que dura aproximadamente 6-8 meses. Transcurrido este tiempo, si el paciente lo desea, puede volver a aplicarse el tratamiento.

Tradicionalmente, el tratamiento con toxina botulínica se ha aplicado en el tercio superior facial para corregir las arrugas de expresión que se producen en zonas como entrecejo, patas de gallo o arrugas horizontales de la frente . Con el paso del tiempo, la aplicación de la toxina botulínica ha evolucionado de forma que se emplea para mejorar y embellecer la mirada de forma integral, tratando otros músculos faciales complementarios como los que producen una elevación o arqueamiento de las cejas. La toxina botulínica embellece la mirada de forma integral

La perfección de la técnica permite que hoy en día se realicen retoques estratégicos en otras regiones faciales además de las arrugas en la frente, aplicando de forma aislada la toxina botulínica, en combinación con otros productos como los materiales de relleno, la mesoterapia facial, la bioestimulación o la radiofrecuencia, entre otros, con el objetivo de corregir diferentes problemas estéticos, tales como:

Cara cuadrada: Para suavizar el efecto de cara cuadrada que producen los músculos de las masticación (maseteros) cuando están muy desarrollados, que relajará el tercio inferior del óvalo y mejorará la proyección de los pómulos por contraste.

Arrugas del entrecejo: Para corregir estas líneas transversales se infiltra la toxina que relajará el músculo nasal y reducirá parcialmente la potencia de los músculos de la glabela.

Arrugas del dinamicas: señales de foto envejecimiento prematuro nos promueve la pérdida de colágeno y elastina en ciertas áreas faciales por lo que la roxina nos ayuda a relajar esas arrugas dinámicas, luciendo un aspecto fresco y radiante.

Proyección de la punta de la nariz: en la columela existe una estructura anatómica denominada depresor de la punta o depresor septi-nase. Cuando es hiperquinético o está más desarrollada de lo normal, hace que la punta de la nariz baje al hablar y al expresarse. Cuando es hipertónico, presenta una contracción permanente. El tratamiento con toxina botulínica debilitará esta pequeña estructura muscular, mejorando la proyección del vértice nasal hacia una posición más recta y equilibrada.

Líneas de amargura: se llaman así a las depresiones que marcan el tercio inferior de la cara desde las comisuras hacia el mentón. La corrección de los músculos depresor del ángulo bucal y depresor del labio inferior se llevará a cabo con toxina botulínica y puede emplearse una pequeña cantidad de relleno para infiltrar en cada línea.

Surco nasolabial: este surco enmarca la zona peribucal desde las aletas de la nariz hasta la comisura de los labios. Los responsables de esta hendidura son los músculos nasogeniano y elevador del labio. Para realizar una corrección óptima y duradera es preciso emplear un material de relleno que levante el surco e infiltrar bótox, que relajará la potencia de ambos músculos.

Barbilla prominente: una barbilla demasiado proyectada hacia arriba puede corregirse relajando el músculo que mejorarán su perfil y sus posibles arrugas.

Asimetrias faciales: la toxina nos ayuda a corregir asimetrías mediante la relajación del músculo que nos esté provocando dicho problema.

FACTORES A TENER EN CUENTA PARA CONSEGUIR RESULTADOS NATURALES

Definiendo una adecuada inyección de cantidades mínimas de materiales de relleno en los lugares precisos y suavizando la potencia de discretos músculos faciales es posible mejorar la belleza de la cara sin cirugía. Para alcanzar el adecuado equilibrio del tratamiento es imprescindible un manejo muy sutil de estos recursos y hacer un estudio individualizado de cada paciente. Para obtener resultados naturales con la toxina botulínica en el tratamiento de las arrugas de expresión es imprescindible que tanto el médico como el paciente tengan en cuenta los siguientes factores:

  • Experiencia del médico
  • Formación del médico
  • Examen exhaustivo de la cara
  • Expectativas de resultados por parte del paciente
  • Dosis de toxina botulínica

EXAMEN EXHAUSTIVO DE LA CARA

El tratamiento con toxina botulínica debe realizar con total precisión y con un profundo conocimiento anatómico de la estructura facial . Para ello es necesario personalizar al máximo el tratamiento, ya que cada cara es única, por lo que el examen facial debe ser exhaustivo.
En el examen del rostro, el médico pedirá al paciente que haga determinados gestos:

  • Cara de sorpresa
  • Cara de enfado
  • Sonrisa
  • Hablar
  • Besar
  • Entrecerrar los ojos
  • Cara de tristeza
  • Tensar el cuello

Estos gestos ofrecen al médico toda la información para conocer, entre otros, cómo funciona esa musculatura, qué músculos se contraen más frente a otros, el grado de envejecimiento de la piel o zonas de la cara que apenas se mueven.
Es importante valorar también el tono muscular, ya que un músculo muy desarrollado producirá más arrugas que un músculo más débil, y además requerirá una dosis mayor de toxina botulínica.

DOSIS IDEAL DE TOXINA BOTULÍNICA

El resultado de la toxina botulínica es dosis dependiente . Es decir, cuanto mayor es la dosis infiltrada, mayores son los efectos y más tiempo duran. El paciente debe saber que la toxina botulínica, en función de la dosis aplicada, puede relajar el músculo o paralizarlo completamente .
Un músculo relajado tiene una duración de entre 3 y 4 meses. Un músculo paralizado tiene una duración de entre 5 y 6 meses. Para no perder expresividad en la cara, las dosis deben ser adecuadas y no excesivas. De esta forma se obtiene un resultado más natural. El estudio del rostro, la dosis y las expectativas del paciente son factores clave en el resultado de la toxina botulínica.

La duración del efecto varía de 4 a 6 meses .

La aplicación repetida va prolongando el efecto, de modo que las arrugas son progresivamente menos notorias y se pueden ir espaciando las  sesiones.

Los resultados de la toxina botulínica empiezan a ser visibles a las 24-48 horas de haber sido infiltrada. El intervalo mínimo para volver a realizar el tratamiento es de tres meses.

El inicio del efecto comienza a las 24-48 horas y es máximo a las dos semanas, que es cuando se puede valorar el resultado estético obtenido.

No se deben someter a tratamiento con toxina botulínica los pacientes alérgicos al complejo de la neurotoxina o a sus excipientes o los pacientes con enfermedades neuromusculares (Eaton Lambert , Miastenia gravis…). No está aprobado su uso durante el embarazo, lactancia, en menores de 18 años o mayores de 65. También existen ciertos medicamentos que pueden potenciar o disminuir su efecto.

Como resultado de la inyección existen pocos efectos secundarios. Puede aparecer ardor, eritema, hematoma o cefalea transitorias en algunos caso. Si no se cumplen las instrucciones posteriores al tratamiento, puede producirse una difusión local no deseada de la toxina botulínica, afectando a otros grupos musculares. Si esto ocurre, aparecen efectos no deseados como la ptosis o caída reversible del párpado superior (que siempre es reversible). No se han descrito casos de toxicidad sistémica en las dosis que se manejan en Medicina Estética.